and I say

wake up and be ~

martes, 26 de febrero de 2008

Soledad

El aire tiene ese sabor a melancolía, e inconcientemente suspiras. Existen tantas razones para llorar hoy, pero el dolor es tan abstracto que no te permite expulsarlo a través de esas tibias gotas salinas.
Apoyas tu cabeza entre tus brazos, y miras a la nada, esperando que algo milagroso suceda. Esa eterna ilusión de niña de que alguien, más allá de todos, tenía el poder de rescatarte de tus agonías y pintar el grisáceo cielo de color turquesa.
Entonces esa canción resuena en tu mente y empezas a cantarla con ese tono de voz tan suave y dolorido. Alguien, quizás muy lejos de donde estás, quizás hace mucho tiempo, se sentía como vos lo haces ahora. No necesitas pensarlo demasiado, después de tanto tiempo, te sentís comprendida y contenida. Todos esos recuerdos que pensabas que eran felices y llenos de amor, solo fueron una cruel mentira que te obligaste a creer, una falsa sonrisa que no valía nada.
Miles de recuerdos pasan por tu mente, lentamente, y te das cuenta de que todas aquellas cosas que pasaste, realmente no las viviste. Siempre reprimiendo tus sentimientos, por ese miedo tan lógico de ser excluida de la sociedad solo por ser diferente, solo por ser quien sos.
Tu plan de alzar la voz siempre se ve interrumpido. Cada vez que decís lo que pensas, las personas se vuelven en tu contra, sin siquiera intentar escuchar la intención de tus palabras. Y no te conviene, los necesitas para coexistir. Los usas, por lo que son, marionetas y muñecos que se dejan ir por la corriente de lo cotidiano y lo que, supuestamente, es lo normal.
Callas y cada palabra, cada emoción cantada te apuñala el alma. Tu soledad es encantadora, no quizás porque realmente lo sea, sino porque es lo único que tenes. Vos no sos nada, porque tus pensamientos y sentimientos no son expresados, llevados a cabo.
Quizás, alguien muy lejos de donde estás, en un tiempo indefinido, sólo quizás, se siente como vos.
Todos nos sentimos nadie alguna vez.