and I say

wake up and be ~

martes, 12 de agosto de 2008

Carta a ella nº ...

Me pregunto cuantas veces tendré que revivir el pasado. ¿Acaso no bastó el dolor de ese fúnebre día? Quisiera dejar de sentirme tan culpable por haberte faltado cuando más me necesitabas. Pero nada ya puedo hacer por remediarlo, ni siquiera la autoflagelación psicológica podría cambiar los hechos. Pero, sí es como siempre dije, que ya no vale la pena preocuparse por como todo podría haber sido mejor, sino por como todo podría ser mejor...¿habrá forma de que todo sea mejor ahora? ¿de que yo pueda hacerlo?

Sí pudiera saber que destino tenías pensado para mí, quizás inocente y estúpidamente lo obedecería sin refutar. Pero bien sabes que soy tan humana, y como todo humano tiendo a ser egoísta. Aunque quisieras que me pudriera en los avernos, cosa que dudo me desearas, no podría cumplir tu último deseo. Suelo hacerme creer que mi felicidad es lo que más querrías, quizás es una débil excusa que me ayuda a ponerle más ganas a mis días.

¿Quién no lo sabe? la vida no es nada fácil, o en realidad lo es y uno la complica, pero eso no viene al caso. En esos momentos no viene nada mal pensar en vos y darme ánimos. Me gustaría decir que tomo prestada tu voz, pero el tiempo, que todo puede destruirlo, no ha tenido piedad alguna conmigo. Quisiera al menos tener una versión deformada, pero ni eso, simplemente tengo la mente en blanco cada vez que lo intento.

Como desearía que fuera como antaño. Vos sentada en la cama y yo en el piso, llorando en tus rodillas. ¿Alguna vez te dije lo cómodas que eran? Creo que nunca llegué a hacerlo. O quizás no eran tan cómodas, sino que era la contención emocional que me dabas, que me hacía sentir tan regocijada. Já, sacrificaría tanto sólo para revivir ese momento de una forma real. Hace mucho que no me siento así...

Pero, ¿de qué se trata esto? Creo que desde donde estás, o donde quiero creer que estás, debes saber todo esto, ¿o no? Entonces quizás no haya porque escribir tanto, pero, nuevamente mi egoísmo humano, ¿recordas? Lo hago por mí, porque tengo algo acá adentro que me exige salir. Vos me entendes, ¿cierto?

Recuerdo que solías contarme que cuando las personas dejaban este mundo se iban a vivir a una estrella. Que dulce es esa idea, ¡quisiera ser tan inocente de creerla!

Pero sí todo es posible, todo puede ser, quizás eso también. No lo creo, pero espero que me estés esperando ahí hasta el día en que yo me vaya también. Vos me lo prometiste, prometiste que me esperarías ahí. Te acordas, ¿no? Eso no tendrías que olvidarlo, nunca es bueno romper promesas. Yo quisiera que me esperaras...

Pero, a veces, no se puede hacer otra cosa que dejar fluir al río, y en caso de que te tocara ser roca, dejar que este te vaya disolviendo lentamente hasta ser parte de su corriente.

Hace mucho que te pedí perdón, hace mucho que sobre tu tumba me arrodillé y te dije adiós. Sabes lo mucho que costó, sabes que el nudo que me cerraba la garganta fue de los peores que sentí en mi vida. Hasta casi creí que no podría respirar. Ese día, mientras me alejaba de tus cenizas, sentía como todos mis recuerdos se desprendían y se iban en tu búsqueda.

Tarde años, lo sé. No era decisión fácil dejarte ir. Aún hoy me cuesta entender como pude hacerlo, pero era lo mejor.

A veces, como lo es hoy, te extraño y necesito sentir que me escuchas.

No sé sí era tu deseo, pero doy lo mejor de mí para que estés orgullosa. No sólo por mí, acá es donde falla el egoísmo, también lo hago por vos, por imaginarme tu sonrisa colmada mientras tus ojos, tan cansados y serenos, miran mi logro y esfuerzo.

Gracias por haber existido, porque sin vos yo no hubiera existido, literalmente. Pero además, porque sin vos, no me habría convertido en quien soy.


Te amo. Ayer, hoy y siempre.