and I say

wake up and be ~

martes, 31 de marzo de 2009

No quiero ser emo (quiero ser feliz)

Despierto, después de una intensa noche entre sueños y pesadillas, intercalados con la realidad. Todo se funde, todo es confuso...pero despierto ((o eso pienso...acaso me dormí?)).
Siento el ambiente extrañamente familiar, aunque tengo la sensación de no haber habitado este lugar en días, quizás meses. El aire está viciado o puro y frío, dependiendo la zona.
Una melancolía atroz se aferra a mí, despiadadamente. No puedo hacer nada más que sentarme, fumar lentamente mi cigarrillo, mientras mi mirada se pierde. Mi mente me atormenta.
Qué más puedo hacer? y me doy cuenta que estoy desperdiciandome...inútilmente.
Tengo ganas de sonreír de alegría y llorar de tristeza, pero que mezcla tan heterogenea!
Me acercó y digo: me estoy volviendo emo, che... - y nos reímos. Me prometes que sí me vuelvo emo, me pegas? no quiero ser emo - te digo, mientras me recuesto en mis brazos. Te lo prometo - decís. Enlazamos los dedos meñiques y me siento mejor.
Te recomiendo la empanada de carne, va como piña. Sí, tenes razón, está buenísima, pero cero ganas de comer.
Entonces me doy cuenta, y digo en voz alta: quiero ser feliz! Y nos miramos, sonreímos, sí, ambos. Esa sonrisa...tan entendida, tan dual, tan conectada.
Me siento bien, muy bien, a pesar de tener un vacío en el alma. No me importa, sé que lo voy a ir llenando...

Encuentros

Me está mirando, sé que lo está haciendo. Sé que está pensando, aunque se crea invencible e inalcanzable, sé que está pensando. No, no se va a llevar las migajas de mi dignidad, no se lo pienso permitir.
Tan orgulloso luce su traje de crueldad, aquella que llama sin criterio sinceridad. Su paso rítmico es constante, no se detiene ante nadie. La mirada que mira, no ve, mira, con suma destreza y rigidez. Esa sonrisa burlona, despreciable, creída, nunca se desliza de sus labios.
Como una bestia, soberana, se menea de lado a lado, buscando alimento. Sus presas varían según su antojo (no es el tipo de persona que haga caso omiso a sus deseos). Aún así, es evidente su gusto por las jóvenes rubias e ignorantes.
Yo, lejos de ser similar a su preferencia habitual, soy la víctima del día de hoy. Pero desconoce mi conocimiento acerca de él y sus hazañas. Y desconoce aún más, que acaba de divisar, a otra bestia que se disfraza de presa.
Se acerca, la melodía de sus pies me lo anticipa. Por la espalda, que cobarde. Pero su ego y confianza, lo hacen indiferente al prejuicio, a la definición misma de cobardía. Que elocuencia tiene su presencia, incitando a voltearse, mirarlo, admirarlo.
Su aura me roza la piel, es tan fría y cortante. No precisa ensuciar sus manos para concebir el daño. Se gira, sus labios se llenan de placer. Nuestros ojos se encuentran, se desafían. Una lucha de poderes se desata. No es parte de mi vocabulario la debilidad, tampoco del suyo. Mantenemos el hilo de nuestras miradas, tenso, pero elástico. Sabe que lo sé, sé que lo sabe. Nuestras almas se entrelazan, se unifican, se entienden. Un segundo, y la realidad volvió a ser realidad. Su sonrisa, más radiante que nunca, nos elevó.

Efímera

Sublime vigilia adorna la lobreguez
sombría escena dramática infranqueable
un lazo versátil anuda mi pescuezo
consume mi noción de vigor material
mi audacia se desvanece ante el tiempo
las tinieblas forman nubes de fuego
tiesa mi piel congela mis sentimientos.

Pierdo el momento entre mis extremidades
la felicidad se muere al traspasarme
invisible para el cielo, invisible para los ángeles
mi alma esclava del dolor solloza una vez más
efímera…me volaré con el viento…efímera.

Extinguiéndome paso mis fechas,
místico ambiente me rodea…
todos mis actos se van con el ocaso
canción de nostalgia retorna en mi oído
percibo la marea de sangre aproximarse
tiendo a ahogarme en la tierna muerte
nada es eterno, somos simples pasajeros…

Pierdo el momento entre mis extremidades
la felicidad se muere al traspasarme
invisible para el cielo, invisible para los ángeles
mi alma esclava del dolor solloza una vez más
efímera…me volaré con el viento…efímera.

Noche oscura

En la noche oscura y tenebrosa,
buscaré un camino nuevo, un destino diferente…
entre los cuervos hambrientos, recuerdo tus besos sangrientos
Miraré la luna para ver tu reflejo, para ver tu mirada penetrante
entre árboles oscuros, deseo ver tu fantasma,
tu alma destruida rondar, sedienta de amor
Yo puedo darte lo que deseas, todo lo que quieras
entre la niebla misteriosa, escucho al silencio cantar
el aire lleva olor a sangre consigo
Todo me recuerda a la muerte, a la nada…
se ve tan quieto, tan tieso, como sí la tranquilidad reinara
en un mundo tenebroso pero tan hermoso
El viento pasa y parece nombrar tu nombre
la noche es tan pacífica, quisiera quedarme por siempre
Mirare la luna para ver tu reflejo, para recordarte
tan sólo para ver tus lágrimas caer, haz llover
Para ver tu mirada penetrante…en mi oscuridad
tan sólo para no olvidarte…
tan sólo para seguir amándote…

Rito inevitable

El cielo está triste, no deja de llorar lágrimas de hielo,
y el viento canta una canción de melancolía,
un ambiente que se torna negro, con algo de gris
las paredes hablan, el pasado han de contar
mil historias tristes, cien trágicas y diez de más
lloran sangre en forma de humedad sin cesar
el sol se oculta, la noche se hace un lugar
entre estrellas y nubes la luna brilla sin igual
El rito empieza, el dolor sale a bailar…
me eligió como su pareja, cómo me podría negar?
En mí se despierta un sentimiento irreal,
ideas destructivas, de dejar el mundo material
que se eleve mi alma más allá de la inmensidad,
se pierda entre galaxias, que brilla como el Sol a la par
pero se extingue en mí el deseo al no saber sí sucederá,
sí realmente reinaré en la eternidad…
el cielo está triste, como mi corazón quiere estallar,
desaparecer, huir de mis problemas quizás…
desvanecerme en el viento, ser parte del silencio
morir en mis recuerdos, ser eterna en el olvido
Entre estrellas y nubes se asoma la luna una vez más
el rito comienza, el dolor sale a bailar…
me eligió como su pareja, cómo me podría negar?

martes, 24 de marzo de 2009

Un nuevo día, una nueva vida

Que simple y libre se sintió esa noche. Al recostarse en su cama, sin otra intención de retomar aquel sueño. Quizás la habitó la culpa por su pereza, pero sólo ella sabía lo importante que era revivir ese momento y darle un final.
Se obligo a cerrar sus castaños ojos, pero no bastaría para caer nuevamente en ese éxtasis. Entonces decidió que fuese natural, y sin pensarlo, se hallaba mirando hacia la pared los vivos colores que se reflejaban de su televisión silenciada. Mientras estos se mezclaban y formaban extrañas formas, productos de la memoria, había alcanzado la tranquilidad suficiente para alcanzar su reino paradisíaco.
Estaba allí, viéndose frente a un gran espejo. Su reflejo no era otra cosa que sus deseos ya cumplidos, que su metamorfosis ya realizada. Que eterna parecía su alma, ahora que era libre.
No pretendía capturarla, pero sí lograr una perfecta simbiosis con ella. Entonces, con suma destreza y dedicación, comenzó a adentrarse en aquel portal.
Nada fácil, pero no era motivo alguno para dejarse atrapar por la resignación. Poco a poco, mientras dejaba atrás esas fuertes, y a su vez, débiles cadenas, la misión se fue simplificando.
Un paso más faltaba, y este no era otro que dejar el pasado en el olvido. Le costó. Era agonizante ver como todos sus recuerdos felices se perdían y escapaban. Pero sí quería alcanzar su luz, había que realizar semejante matanza.
Cuando ya estaba del otro lado, el espejo, semejante a un gran cristal, la separaba de todo aquello que tanto atesoraba, de esas pequeñas cosas que la ayudaban a creer que su vida no había sido un desperdicio. Mentiría sí dijera que no se arrepintió, en primera instancia, pero después de mirar fijamente sus efímeros momentos danzar, notó claramente que estos no la necesitaban. Entonces, quizás, pensó, ella tampoco habría de necesitarlos, ya que, después de todo, estos la modificaron en su justo tiempo, y no era ella, más que la consecuencia de estos. Había entendido que todo aquello que había dejado atrás, que había asesinado cruelmente y dejado en libertad de su cuerpo y mente, se hallaba impregnado en su ser, en su esencia, y eso jamás cambiaría.
Ahora, sin peso alguno que le impidiera volar, despegó a encontrarse con su ideal. Posiblemente era tan atroz e iluso, como querer tomar el Sol sin quemarse las manos, pero poco le importaba ya esto. La determinación la acompañaba, y cuando esta nos posee, nada hay que puedan hacer las adversidades para retenernos.
Brillaba, de una manera inexplicable, y cruzó el horizonte, como una hermosa estrella fugaz, irradiando así la vida que su libertad le había otorgado a tan bajo precio. Las flores, con sus raíces incrustadas en la tierra, se alimentaron con su luz. Incluso hasta pensaron que quizás, algún día, ellas también podrían ser libres y no depender de nadie más para existir.
Ahora, que el momento tenía el final anhelado, se despertó, revitalizada en su cama. Tras la ventana se asomaba un nuevo día, y el cielo, imponente, obligaba a salir a explorar y redescubrir el mundo. Nada sería igual, no después de tal hazaña.
Salió y contemplo maravillada lo que le esperaba allá afuera. Respiro hondo y dirigió su mirada al celeste firmamento, que había dejado de ser un límite para ella. Sonrió, de una forma tan fiel y risueña, que no podía ser esta sonrisa más que una clara expresión de la felicidad de su alma.
Ahora que estaban juntas, nada sería imposible. Y, con una fortaleza admirable, derrumbó las paredes de su gran fortaleza, y se dejo guiar por un instinto. Algunos dicen que buscaba llegar lejos, yo simplemente creo, que seguía las voces del viento.

Some words when spoken can't be taken back

"Some words when spoken can't be taken back" ~ Pearl Jam Lyric.
"Algunas palabras cuando se dicen, no se pueden volver atrás".

A veces, cuando hablamos, somos presos de algunas emociones del momento, y no medimos la fuerza de nuestras palabras.
Dicen que las palabras se las lleva el viento. Creo que algunas, antes de ser víctimas del olvido, pasan por nuestro corazón, dejando marcas. Hay heridas que sanan, la mayoría sana...a su tiempo. Pero cicatrices siempre habrá, para recordarnos que sucedió.

sábado, 21 de marzo de 2009

Voces incesantes

No oigo nada más allá de mi silencio inerte. Los gritos en mi interior, llenos de dolor e indignación, no traspasan mi cien.
¿Nadie se percata de mis aullidos de desesperación? Se desgarran hasta convertirse en murmullos agonizantes. A pesar de saber que es en vano, no se rinden, ni desisten al olvido, a la resignación. En última instancia, se acallarán, pero no por mucho, sólo para tomar más fuerzas para continuar.
Se descosen, se estrujan, pero jamás sucumbirán ante el miedo o la derrota. Pero de nada sirve que sólo yo los escuche. Conozco de memoria su libreto, aunque a veces me sorprenden con alguna queja nueva.
Ilusa yo, que pase años tratando de acallarlos. Inocente yo, que se los transmití ciegamente a los demás. Cobarde yo, que tardé en aceptar, que sí no los oían los de afuera, era porque era yo quién los debía escuchar.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Sacrificios

El silencio mudo, la peor tortura. Abrumado, el pensamiento se entrega, sin ofrecer resistencia alguna, a la nada, al olvido; Al blanco Sol, que habrá de incinerarlo y transformarlo (porque bien sabemos, nada se pierde) en una alquimia, una quimera, de aparente apariencia amorfa, pero con una armonía y restauración que sólo su portador podrá entender. Dicho resultado es por demás, satisfactorio y concede una paz y realización extraordinarias.
El proceso, sin embargo, será aún peor que atravesar cada uno de los círculos del infierno. El permanecer suspendidos en la nada, comienza siendo agradable, pero termina por distorsionarse, al humano hacerse conciente de que no puede controlar, alterar, manipular o ignorar lo que atraviesa.
El estado se caracteriza por una inestabilidad emocional, un malestar físico general que no podemos definir, y una sed agobiante que no sabemos con qué o cómo saciar. Esta inconformidad y sensación de estar incompletos, termina por ser irritante y confuso. Semejante a vendarse los ojos y al querer tantear con las manos para ubicarnos y saber por donde ir o no, no lográsemos contacto alguno, ni siquiera con la suavidad del aire. Entonces podemos decir que es símil a estar en el vacío.
Pero, ¿qué sentido tendría atravesar toda esta experiencia traumática y agonizante? Es, claramente obvio, que se debe a que la ganancia es ampliamente superior a la “perdida”. Aunque, después de la descripción detallada de la “perdida”, parece una ironía, un chiste de mal gusto, mi anterior afirmación. Lo cierto es que para disfrutar y ser propietarios de un gran tesoro, son precisos sus respectivos sacrificios. Por ende, los sacrificios a realizar son equivalentes a las recompensas adquiridas, habitualmente.
“Al que quiere celeste, que le cueste”, dice un dicho, una ley básica para avanzar en este mundo. Después de todo. Una mortal agonía, por más insoportable que pudiera ser, es poco precio por crecer y estar vivos.

Desamores

A veces me pregunto, que sentido tuvo abrirte las puertas de mi mundo, mostrarte mi alma desnuda, para que después de lo hermoso compartido, ignores lo vivido.
Soporté el dolor, porque pensé que con lo único que valía la pena quedarse, era con el tibio y dulce recuerdo de un sueño juntos.
Ahora somos nuevamente desconocidos. ¿Cómo podes olvidar o evitar lo sucedido? Es como renegar del pasado, de lo nuestro.
Me siento estúpida y herida, por apreciar algo, que parece no significarte nada.

Alguna tarde solitaria

Quiero decir algo y no sé qué. Me pierdo en mi mente y no encuentro una respuesta. Mi tiempo se detiene y permanezco paralizada, ida, enajenada.
El mundo sigue su ritual, sin cesar de girar. Las voces, gritos y ruidos se unifican en un único murmullo, más semejante a un silencio mudo. Quizás diga algo, pero me es imperceptible.
No puedo huir de la sensación de liviandad que me posee en tal momento. Símil a una paz, una indiferencia, un abrazo, una caricia, un segundo...