and I say

wake up and be ~

martes, 21 de abril de 2009

Diario de una mente nº3

El alma, distante. El cuerpo, tieso. El resto, hecho pedazos.
Pero la esperanza, nos invita a dar otro paso...y yo, resignada a mi falta de resignación, le digo: bueno, probemos de nuevo.
Hola. No tenes una puta idea, te juro que no, de cuánto duele, de cuánto te quiero.

lunes, 20 de abril de 2009

Diario de una mente nº2

Llegó el Otoño, y me es evidente. Mi piel está fría, mis pies casi entumecidos.
Qué? No, pero sí yo...
Qué? La puta madre...
Pero tengo frío, pero debo, pero tengo qué, pero tengo frío, tengo frío, tengo frío en los pies.
Qué? Sí, la cama es una buena opción. No, ni hablar del libro de Gabrielito que me espera. Sí, ya sé, lo tendría que haber terminado a esta altura, pero soy muy cobarde y me aferro a las cosas.
Deshacer, rehacer, transición, transmutación, y ahora...

viernes, 10 de abril de 2009

Ya no me importa más

ya no me importa más.
ni vos, ni él, ni ella, ni ellos, ni ustedes.
no, ya no, ya no me importa más.
nunca digas nunca ((nunca más, nunca más)).
sufrí, superé. dolió, cicatrizó.
todo lo que va, vuelve. y cuando vuelve, vuelve más.
hola mundo. hola vida.
vayanse casi todos a la mierrrrrrda.
sabes por qué? porque ya no me importa más.
no, en serio. ya no me importa más.
sí me preguntás, no sé exactamente porqué.
sólo sé, que ya no me importa más.
creo que sí, hay una razón principal.
ya no me importa más, porque decidí...
importarme más.
lo que implica, que ya no me importa más.
ya no me importa más. ya no me importas más.
y sí no entendes, no me importa.
porque ya no me importa más.
no me importa que digas, que digan, que pienses.
ya no me importa más.
ya no me importa, ya no me importa más.

Diario de una mente nº1

Su aroma se desliza delicadamente por el living. Ella está ahí, puedo ver su cuerpo tendido, reposando, en letargo. Pero no está aquí, su mente se esparció como su perfume en la brisa, y su alma, confusa, ronda por toda la casa.
Lejana, enajenada. Su mirada todo lo atraviesa, desmembrándolo. El cuerpo frío, cual nieve, cual muerto. Oigo sus pasos, como un dulce eco, que me invita.
El rítmico sonido del reloj, me estremece. El tiempo corre. Y yo, me aferro a esta hoja de papel, que parece ser mi única salvación.