and I say

wake up and be ~

lunes, 22 de agosto de 2011

Diario de un alma nº16

Cierro los ojos
pego los labios
mantengo la respiración
se apacigua el latir de
mi corazón
siento la brisa como un
remolino que me
eleva.

Pienso en mí
en mí yo del presente
mi yo del pasado
y el yo que quiero ser
mañana.

Conservo la imagen
en todos mis proyectos
ideales, metas, anhelos
sueños y locuras
realizadas.

Con mi voz
la interna
me digo
falta poco.

Le pido al universo
que me de la fuerza
para poder atravesar
el largo camino
que me depara desde
el momento en que abra
los ojos.

Vas a ser fuerte
vos podes
vos queres
vos podes
ya es un hecho.

Suspiro
me dan ganas de llorar
me emociono
suspiro
abro los ojos.

Ya es un
hecho.

sábado, 6 de agosto de 2011

A mis hermosas ♥

Dejar ir es definitivamente la lección más difícil de la vida. He tenido que dejar ir ya a tantos afectos, que por momentos ya lo encuentro como algo rutinario. Uno ya lo tiene asumido, la muerte llega a todos y no hay forma de evitarlo. Supongo que eso debería hacerlo más fácil, pero a veces cuando hay que dejar partir a alguien que amas, sentís como el alma se parte en millones de pedacitos. La mirada de un perro cuando está cerca de la muerte, es única e indescriptible. Esta es la segunda vez que me encuentro en esta situación y quizás parecerá injusto, pero me cuesta más dejar ir a estas criaturitas tan puras y hermosas que a un ser humano. El amor y la pureza, repito para que se entienda, porque si hay algo que tienen los animales es pureza; que caracteriza a las dos preciosas perras que tengo que dejar ir, lo hace demasiado complicado. Me pregunto, ahora, a horas de tener que decirle adiós ¿qué puedo hacer? No quiero que me vea llorar, sino darle tanto amor como el que ella me ha dado durante todos sus años de vida. Que sienta cuanto la amo, cuánto me importa, cuanto aprecio su valiosa compañía. Que pueda sentir en cada caricia y beso que le entrego, toda mi devoción, admiración. Que pueda sentir como mi alma la abraza antes de que parta en su camino al cielo. Porque si hay un lugar donde sé que va a estar, es ahí.

Amo con locura a las tres reinitas que me han acompañado a lo largo de mi vida. Me han dado tanto, pero tanto, que siento que lo que les di yo es ínfimo a comparación con la fidelidad y amor que me dieron. Siempre serán mis reinitas, son mis cositas hermosas, mis criaturitas de luz. Y luz es lo que voy a darle ahora, para que ilumine su camino. Nunca podrá el olvido llevárselas de mi corazón y mi alma. Y esto es todo lo que puedo darles, mi alma entera y el recuerdo intacto de sus años compartidos y sus puras almas. Y aunque ya despedí a una y ahora me encuentro despidiendo a otra, no las despido con un adiós, sino con un hasta siempre, porque siempre estarán dentro mío.

A Manchi que nos mira desde arriba y a Laika, la perra que no llegó a la luna, pero llegó a mi alma. Y a Sasha, para que comparta muchos años más conmigo. Las amo, mis hermosas. Que la luz las acompañe siempre.