and I say

wake up and be ~

martes, 26 de agosto de 2014

Sin ninguna razón.

It is what it is. Y que Dios, Buda o la proyección de ente divino de tu preferencia se apiade de nosotros ¿para qué? qué sé yo, de vez en cuando repetir refranes te hace sentir menos ajeno a todo. Y si no escribís hace más de un mes, se te enfría el té, te agarra frío en la parada a las diez y media de la noche o la vida no es lo que esperabas, y bueno, aprendé a manejarlo; sí, manejala. Adaptación y aceptar, que sí, cuántas cosas no son como quisieramos, y cuántas de ellas podemos cambiar y cuántas no; tener que lidiar con un mundo que sí, no está hecho para vos, pero en realidad sos vos el que no está hecho para, porque vos llegaste después y en el orden de trascendencia, vos sos un porotito y no la abichuela mágica que te encataría ser. Sí, tenes derecho, molestate, enfurecete, indignate si tenes ganas y tiempo, si te sobra la energía que es más productiva invertir en algo que te haga bien, a menos que todo eso también te haga bien, lo cual está bien también. Bien, bien, bien; qué estado que encontras en efímeros momentos, porque la vida me parece que es eso: vivir lo efímero. Como viene se va, se va lo que te hace bien como lo que te hace mal, pero habitualmente eso tarda más porque admitamoslo, procesar el dolor es algo que cuesta sobre todo cuando somos todos bastante sadomasoquistas y atesoramos las heridas como si fueran a darnos un premio por eso. Bienvenidos, enterate como viene la cosa. Fácil viene, fácil se va; y así es todo, efímero pero no por eso intrascendente; cuántas caras, sonrisas, palabras, abrazos, momentos que no van a volver y posiblemente no regresen nunca más pero si lo hacen no será igual y tenes que cargar con eso. No, nada se repite, así que vivilo como si fuera la última vez que lo vas a vivir, porque así será. Cada noche es única y si no tenes ganas de desperdiciarla durmiendo, mambo tuyo, vos sabrás qué precisas o tenes ganas dé, qué te pinta, que te va a hacer sentir mejor. Lo gracioso es que te sentís tieso, lo único estático mientras todo se mueve y pasa velozmente alrededor tuyo; pero en otro plano de los puntos de vista: vos estás pasando rápidamente a través de todo y lo único estático es tu discurso y sensación de estabilidad. Blah blah blah, nadie se cansa de hablar y yo no soy una excepción; aunque debo admitir que últimamente el silencio está siendo un compañero tan sencillo y hermoso, que lamento no haberlo apreciado anteriormente como debía. Pero pasado allá atrás, chau chau adiós y nos vimos en Disney; acá, hola, cómo estás, estamos en el, nuevamente, efímero presente. Agradezco apreciarlo ahora como merece y así estamos. Desaparecer es mi mayor habilidad, cuando te diste cuenta ya no estoy y cuando me busques me vas a encontrar solo si yo quiero que me encuentres. Si no me encontras, bueno, date cuenta, es porque no quiero y entonces, relajala, no voy a aparecer solo porque insistas. Una vez, hace muchos años, en pleno colectivo con el viento dándome en la cara escuchando blue de la banda sonora de cowboy bebop, tuve una revelación: hacer lo que quiero y nada más. Acá estoy yo, hago lo que quiero, acepto que los demás también lo hacen y así vivo como me pinta la vida; si vos no estás acá es por dos posibles razones: yo no quiero o vos no queres. De cualquier manera, el punto es el mismo, alguien no quiere y entonces, qué más dá, pasemos a otra página. El té está frío y ya no me quedan cigarrillos de los que me gustan; son casi las tres de la mañana y quiero ver una película pero no sé cual. Y no, no quiero que nadie me encuentre, excepto yo, que estoy haciéndolo mientras desvarío un rato en este cuadradito blanco de edición de entrada. Sí, voy a ser franca: la mayoría de las veces no escribo para nadie más que para mí, y si vos perdes el hilo y no entendes lo que digo, no me importa; a veces me da igual que me entiendas o no, todo esto es por mí sin ninguna razón ♪ y así. Hola, qué tal, buenas noches, gracias, vuelva prontos.