and I say

wake up and be ~

miércoles, 30 de marzo de 2016

Somos la misma persona ~

Ella y yo somos la misma persona pero somos diferentes. Ella sonríe porque piensa que refleja la belleza de un alma feliz; yo pienso que lo hace por popularidad, porque es narcisista y sabe que se ve más linda así. Ella cree que no hay mal que por bien no venga, que siempre se puede salir adelante y todo es una gran aventura que quiere vivir jugando; yo veo en la adversidad la oportunidad de fortalecerme y crecer para bancarme lo que sea. Ella siente regocijo en las pequeñas cosas (esas que aprecias si te abrís y te permitís ser feliz); yo siento lo efímero, la belleza de aquello que es finito e infinito al mismo tiempo y la forma en que los extremos se cruzan me causa cierta gracia. Ella vive intensamente porque cree que la libertad es un estado de la mente en el cual sos capaz de recibir lo que sea y hacer con ello lo que te plazca; yo vivo intensamente porque veo en todo un capital extenso para escribir historias. Ella aprecia a las hormigas porque es consciente de que están vivas; yo veo cómo el potencial más increíble se encierra en lo más diminuto. Ella se arroja a los precipicios porque así se siente viva y le gusta el vértigo de la incertidumbre; yo solo doy pasos cuando sé donde voy a apoyar mi pie y trato de no dejar nada libre al azar. Ella llora porque cree que es el lenguaje y el desahogo del alma, porque lo considera hermoso; yo aguanto las lágrimas hasta que las emociones me desbordan para poder masticarlas y ver qué hay detrás de ellas. Ella y yo somos la misma persona pero somos diferentes; a ella le gusta que yo exista porque sabe que sin mí estaría quizás demasiado perdida; a mí me gusta que ella exista porque sino estaría quizás demasiado atada. Yo digo quizás porque no me gusta afirmar aquello que no sé, pero ella sabe que es así y lo siente en su instinto. Yo sé que ella me permite jugar mientras piensa qué decir y es por eso que ella y yo somos un gran equipo; yo la dejo ser y ella me deja ser, así ambas por más que seamos diferentes, somos la misma persona.

viernes, 4 de marzo de 2016

no muere, muta ~

yo corría y a cada lugar
que miraba
estaba ese póster,
todos esos colores,
aquella voz
que me perseguía;
el vértigo de no encontrar
en toda la multitud
ni una cara conocida
ni un abrazo
que me hiciera
sentir comprendida,
real.

desperté con una
sensación de
irremediable angustia,
profunda,
infinita,
como si fuera algo
que siempre
estuvo ahí y
de ese modo
simplemente
resurgiera de sus cenizas.

no había nadie
ni una cara conocida
ni un abrazo
que me hiciera sentir
real,
que todo aquello
no era verdad;
le escribí a un amigo
que entre huecos
en su trabajo
alcanzó a preguntarme
si estaba bien.

no.

posiblemente no,
no estoy sola,
y pueda alcanzar
a alguien si así
me lo propongo,
que quizás tenga
el mismo interés
en alcanzarme
a mí;
pero no es ese
el punto.

la sensación
irremediable
de soledad
me recorrió
todo el cuerpo
y me hizo
llorar.

esa angustia,
la ausencia,
las promesas rotas,
ilusiones que
desaparecen,
todas esas
palabras,
falsas, incorregibles,
deseos, anhelos,
perdidos,
lejanos,
ajenos,
que ya no
importan
ni sé si importaron
alguna vez
(creo que
no).

pero lo que
realmente
me duele
de una forma tan
repulsiva y tajante
dentro mío
como si estuviera
a punto de morir
es que
el problema no es
estar
sola
sino
no estar
conmigo.

eso sí
que duele.