¡BASTA, PELOTUDA!

¡BASTA, pelotuda! ¡bancatela!
ponete los lompa, camina derecho,
tragate el nudo, alza la vista y la cabeza
la frente alta y los ojos determinados.

Pone cara de "me llevo el mundo por delante"
camina meneando la cintura, con el paso siguiendo
un ritmo frío y serio, que el taco haga ruido.

Respira profundo,
"a mi no me toca nadie"
"a mi no me hiere nadie"
"yo soy fuerte".

Aunque adentro
el alma se te parta en millones de pedazos
y sientas como te convertís en arena
y te vas derrumbando.

Aunque las lágrimas siempre estén a punto de salir
y la voz quebrada a punto de gritar
¡bancatela! ¡no seas pelotuda!
que sos una mujer y tenes que dar el ejemplo

Cuando pidas el boleto, pone tono simpático
sonreí
aunque los músculos de la cara
no quieran hacer nada.

De la nada, sacaste una fuerza descomunal
y lo hiciste
artista del disfraz,
fingiste estupendamente
y nadie se dio cuenta.

A menos que te miren en ese segundo exacto
donde tu mirada se extravió
y el mundo se vio gris
y en tu hondo iris se percibe
el desierto desolado de tu ser.

Mientras nadie te mire en ese segundo,
todo saldrá bien
y será un nuevo día, feliz,
aparentemente feliz
en el que vos, en pedazos,
no te arrastraste y fuiste mujer.

Y cuando llegues a casa
cuando todos duerman
y nadie te mire
en ese instante
en el que te acostaste,
orgullosa de vos misma
pensando
mañana será mejor.

Una lágrima miserable, cobarde
se escapará
y abrazaras la almohada con dolor
y pensarás
"llevo tantos días pensando siempre lo mismo,
y parece que nunca cambia"
"va a ir todo bien".

Tu sonrisa es triste
pero real
hacete mujer, nomás,
que nadie se va a dar cuenta
que vos caminas cual potra en celo,
cual intelectual segura,
como una yegua indomable.

Y en realidad
no sos mas que una niña que espera
el momento de salir corriendo
esconderse bajo su frazada
y llorar hasta que le ardan los ojos
y tenga espasmos.