Es extraña la forma en que beber un dulce licor en una pequeña copa de a sorbitos hace que la vida parezca más mágica. Porque sí, porque puede, porque entre sorbito y sorbito sentís que te acercas a algo trascendente. La realidad es que, te acercas a una copa vacía, y cuando está vacía la volves a llenar, para seguir buscando ese no sé qué entre sorbito y sorbito. ¿Y qué pasa cuando el licor se acaba? No lo sé aún, porque no lo terminé.
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