and I say

wake up and be ~

miércoles, 7 de abril de 2010

nota mental nº8

- Claro está. Pero, mira, no es eso todo. A menudo pienso que lo más bello y delicado que pueda darse en este mundo es una esbelta muchacha de rubia cabellera. Pero no es así, pues con bastante frecuencia veo que una de negros cabellos es casi hasta más hermosa aún. Además, otras veces doy en pensar que lo más bello y delicado que pueda existir es un pájaro de hermosos colores cuando se lo ve volar libre en las alturas. Otras veces me parece que nada hay más maravilloso que una mariposa blanca, por ejemplo, con rojos círculos en las alas, o bien el resplandor del sol a la caída de la tarde cuando brilla en las altas nubes y cuando resplandece de luz y color sin deslumbrar, y cuando todo se manifiesta tan alegre e inocente.

- Tienes razón, Knulp. Todo cuando existe es bello cuando se lo contempla en su buen momento.

- Sí, pero yo creo todavía otra cosa. Pienso que lo extremadamente bello es de tal condición que junto al placer que nos procura suscita además en nosotros un sentimiento de tristeza o angustia.

- ¿Sí? ¿Por qué?

- Opino que tal vez no encontraríamos tan delicada a una muchacha verdaderamente hermosa y delicada sí no supiéramos que esa belleza tiene su tiempo contado, que habrá de marchitarse con la edad y que terminará por morir. Si pudiera yo contemplar algo bello que permaneciera en su condición de belleza inmutable por toda la eternidad, por cierto que aquello me daría placer y gozo, pero la miraría con alguna mayor frialdad pensando “Eres así hoy y continuarás siéndolo para siempre”. En cambio, al contemplar lo que es bello transitoriamente y lo que no puede permanecer inmutable, no sólo me conmueve con sentimientos de placer y alegría, sino también con compasión.

- ¡Ah, sí, comprendo!

- Por eso no sé de nada más bello que esos fuegos artificiales que se encienden en medio de la noche. Lánzanse en ellos millares de luminosos proyectiles verdes y azules que ascienden veloces en las tinieblas y, justamente en el momento en que se presentan más bellos, describen un pequeño arco y se extinguen. De suerte que cuando los miras, todos estos luminosos destellos te producen contentamiento, pero a la vez también alguna angustia; de pronto todo termina y eso hace que el espectáculo sea más bello que si debiera durar más tiempo. ¿No lo crees así?


Tres momentos de una vida, Herman Hesse.

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