and I say

wake up and be ~

miércoles, 1 de febrero de 2012

Silencios no mudos en la oscuridad ~

La oscuridad de la habitación es tenue y suave, como el primer beso de una pareja, al despertar por la mañana juntos. La persiana cerrada con esas lineas entrecortadas. La luz las atraviesa y al pasar por las albinas cortinas, se dispersa, se deshace. Esas lineas que se truncan, se retuercen, pero se quedan completamente quietas. El sonido constante, como un quejido leve, del ventilador. La brisa que la acaricia y la hace sentir fresca y libre. Ella, estira sus piernas entre las sábanas, las sube por la pared. Su pálida y desnuda piel se siente tersa cuando bailan en el remolino de aire y oscuridad. Su voz, baja, se expande por la habitación, choca en las esquinas y en el techo, vuelve a ella y la toca. Hola - repite ella, pero no está saludando. Cierra los ojos y sonríe. 

Cerca, aunque para ella muy lejos, él esconde su cabeza en un rincón, escapando de la luz que atrevida entra por esa ventana, ventana sin cortina. A penas está amaneciendo, todavía la oscuridad lo abraza y acoge. Mueve sus dedos, ansioso. Cierra los ojos y se deja caer al río de voz que ella traza, que lo lleva a un lugar tranquilo, un lugar donde no existe esa distancia que los separa y están juntos. Quiero verte - le dice él, desde lo más profundo de su sentir. Ella puede sentirlo, cuando lo dice, cuando pronuncia esas palabras y la golpea. La golpea su necesidad, que es tan suya como propia, de los dos. 

El silencio abruma el momento. Es un silencio no mudo, que bien quisiera enmudecer. Ambos con los ojos cerrados, respiran despacio y a su lado tienen la imagen del otro. La sienten, la disfrutan. Ese silencio que dice y pide, que expresa a gritos ese deseo tan palpitante de estar juntos, acostados en la misma cama, perdidos en la oscuridad, abrazados y dejando latir en sus cuerpos un sentir que los atrapa. Los atrapa como la marea del mar, los arrastra con fuerza al fondo, para que no puedan volver nunca más. Y ellos nadan en ese silencio, no mudo, que ojalá no existiera porque estuviesen juntos. Pero allí está, lo disfrutan, nadan en ese deseo, se sumergen y se llenan de regocijo. 

Pero la razón principal por la cual lo disfrutan, no es sólo por el goce que les da, sino porque tienen la certeza de que el día en que el silencio no mudo enmudezca, está cerca de llegar. Sonríen al mismo tiempo, suspiran. Él estira los pies y se siente libre; ella mueve sus manos, ansiosa.

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