Hoy imaginé que salías de un final. Yo te mandaba un mensaje, te preguntaba cómo te había ido. Vos me decías que bien con una sonrisa. Entonces te contesté: camina hacia la esquina, la de tu izquierda. Cuando llegaste me viste ahí, con otra sonrisa. Hola, te dije. Y vos no entendías nada. Nos apoyamos contra una pared, hablamos un rato. Yo te dije si tenías planes para hoy, vos me dijiste que podías cancelarlos. Fue tierno, así lo sentí yo; te abracé y me dieron ganas de decirte algo al oído, pero no me animé. Vamos a tu casa, vamos a tu casa, te dije. Vos sonreías y tenías cara de tonto.
Llegamos, yo la critiqué. Sabes que me encanta bardearte, además imagino tu cara de molesto como algo sumamente tierno. Yo cocinaba y te hacías el malo, pero después me abrazaste por atrás y me diste un beso en el cuello. Que chico atrevido. Sos un atrevido, eso ya lo sabemos. Me di vuelta y te di nuestro primer beso. Y lo tuve que hacer yo, porque vos sos muy tímido. Comimos y me criticaste la comida, pero después confesaste que te gustaba. Empezamos a ver un animé corto, pero no lo terminamos. Lo miramos acurrucados, juntos. Y vos tenías cara de que querías que "vayamos a dormir". Y yo me daba cuenta pero me hacía la boluda, así es más divertido.
Bostecé, me dijiste si quería que vayamos a dormir. Dije que sí, apagamos todo y nos acostamos. Me acurruqué en la punta de la cama, vos tenías esas ganas y ese miedo de insistirme. Casi no nos habíamos besado en toda la noche, creo que tenías miedo de que te rechace. Me di vuelta, te miré a los ojos y te pregunté si te gustaba. Vos me dijiste que era hermosa. Yo me reí, porque sos un buen mentiroso. Te di un beso, te lamí los labios y cuando me di cuenta, ya estaba amaneciendo. Lo más lindo fue que me encantó "dormir" con vos. Te lo dije, sonreíste y me respondiste: Ojala que se repita.
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