and I say

wake up and be ~

domingo, 10 de noviembre de 2013

Calambres en el alma ~

Nos reímos porque lo necesitábamos, nos hacía falta, lo ansiábamos con todo el corazón y cuando nos reunimos utilizamos cualquier excusa para desatar las carcajadas ignorando el nudo en la garganta. Incluso brotaron lágrimas de felicidad de nuestros ojos, así de fuerte, estallaba más allá de nuestro cuerpo. Tomamos el momento, lo hicimos nuestro, pero sabíamos que la inconmensurable belleza deviene de lo efímero. No queríamos que termine, hicimos lo imposible para que perdure ese brillo en nuestras miradas donde las lágrimas de culpa querían escapar. Culpa de sentirse tan bien pasando por una circunstancia tan delicada. Entre los ecos, ya no estabas. Entre tu ausencia y aquel peso que quebraba los hombros, empezamos a desnudarnos y a mostrarnos de verdad. Poco a poco, palabra a palabra, mirada a mirada, entre movimientos de manos, café y la voz quebrada, se dejó ver la honda tristeza. Hablamos porque lo necesitábamos, nos hacía falta, lo ansiábamos desde el comienzo de la noche, poder desatar el nudo y poder deslizar letra por letra todas esas marañas de pensamientos que nos rondaban la mente hace días, días y días, esperando poder gritarlo sin gritar, decirlo sin decirlo, el miedo era poderoso y con él llegó afrontar una realidad que no queríamos que exista, que esté ahí. Porque no sabíamos qué hacer, cómo solucionarlo, porque no podíamos ser héroes y heroínas de alguien más allá de nosotros mismos, no podíamos hacer nada para salvarlo. Cuánta impotencia, indignación, cuánto sentir que ya no cabía en el alma, que ya dolía de su intensidad. Hacemos lo que podemos, intentamos, nos comprometimos a hacer, accionar, a tratar, quizás así podríamos lograr algo. Pero yo sabía que eso no bastaba, porque no era nuestra decisión. Lo mastiqué alrededor de una hora hasta que lo dije, el silencio fue tan denso como un golpe directo al pecho. No quiero aceptarlo, pero es verdad. Cuánto pueda, haré, pero no corre por mi cuenta, ni por la de ellos, sólo él puede hacer algo. Puede siempre que quiera, y asusta la idea de que no quiera, de que no se de cuenta lo importante que es, de que ya no sonría ni se ría cuando nos reunimos utilizando cualquier excusa para desatar las carcajadas ignorando el nudo en la garganta. Cuando la presencia es ausencia, cuando la ausencia es desoladora, cuando ya no sabes qué hacer. Queres, queres saber, queres tener una respuesta, queres hacer magia y que simplemente desaparezca, cargar con el dolor ajeno tan solo para verlo sonreír otra vez. Porque te das cuenta, que esa dulce sonrisa que se forma en sus labios es una falacia. Tragas humo, tragas dolor, tragas alcohol, tragas lágrimas, te sofocas en cualquier placebo que pueda hacerlo más llevadero. Querer abrazar tu sombra esperando que al menos un poco de todo este amor llegue a vos. No queda nada, más que la sensación de angustia. Si tan solo pudiera, si tan solo pudiera. Pero no, no podes. Asimilar la impotencia te destroza. Entonces, aguantamos como siempre, callamos, y así el nudo se forma aún más potente, esperando otra noche. Quiero una noche donde las risas no sean para olvidar, sino para recordar la dicha de estar juntos, de la vida, de que nos tenemos unos a otros, porque nos tenemos, aquí estamos, y nos abrazamos dándonos fuerza para seguir adelante. Y así, seguiremos, como siempre quizás hasta el día que no seamos más que una sombra que nadie puede abrazar.

No hay comentarios.: