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wake up and be ~

jueves, 21 de noviembre de 2013

Diario de una mente nº23

Tenemos una tendencia a lo absolutista. Hay una especie de necesidad en valorar algo de forma concisa y directa, como para evitar pensar en lo circunstancial, así no tenemos que analizar todo el tiempo cada hecho. Seamos honestos, ciertamente es cómodo y tenemos una tendencia a lo cómodo también. Lo típico es catalogar lo que está bien y está mal. Creo que ninguno de nosotros escapa a eso, e incluso los de mente más abierta caemos ante ciertos aspectos de la moralidad y prejuicios.

Me vi pensando en lo predecible, la rutina y lo inesperado. Dentro de la mentalidad moderna está esa ola de pensamiento que dice que lo predecible y lo rutinario es aburrido, nos desgasta, mientras que lo inesperado le da cierto sabor a la vida y es genial. Bueno, definitivamente entra dentro de ideas absolutistas que me resultan absurdas.

Lo predecible, la rutina, lo establecido. Casi siempre que salgo de casa me calzo mis auriculares y escucho música mientras camino, si viajo en colectivo suelo mirar por la ventanilla a las personas que vienen y van, el cielo y los árboles, hay días que tengo designados a ver a mis amigos o creo ritos, hoy es el día dé, hacer tal o cual cosa. Cada vez que llego a casa me muero de amor con mis perras, que me saludan a lamidas y saltos, cuando veo a alguien que quiero suelo darle un gran abrazo, los sábados o domingos en su defecto, veo a mi abuela. Hago cruces con las baldosas la mayoría de las veces, me encanta ver el cielo a través de las ramas de los árboles tanto como recostarme en mi cama y mirar el techo a oscuras, si es con música suele ser más lindo pero a veces el silencio es mi mejor compañero. Mi vida está llena de pequeñas rutinas, de actos predecibles, pero que nunca pierden su magia y siempre se sienten hermosos, cada momento a su manera, pero ahí están, predecibles y rutinarios como de costumbre, cómodos, y que me hacen bien. También hay rutinas que me desgastan y hago con desgano porque son una especie de obligación o algo que sencillamente no puedo evitar.

Lo inesperado o impredecible, sí, a veces es genial. Me encanta que algo me arranque de mi rutina y vivir alguna aventura, algo que estaba fuera de mis planes. Pero, no siempre está bueno, ya que a veces esos hechos son algo que me hace mal o no me gusta, viene de la nada, no sé cómo manejarlo y me angustio mucho.

El punto es simple, como este caso, está lleno de otros que son igual de circunstanciales. Y pienso que me molesta la forma en que todo se mide de una forma tan cuadrada o arcaica y a partir de eso lo juzgan a uno.

Creo que me cansé de que me digan cómo tiene que ser o sentirse lo que pasa en mi vida o mi vida misma. Y sí, me gustaría que hubieran más personas que detuvieran sus labios antes de definir algo de forma tan inamovible. Sería una de esas cosas impredecibles, pero de las lindas.

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