and I say

wake up and be ~

martes, 24 de junio de 2014

cincuenta ~

Puedo verte, si cierro los ojos, puedo verte. Sonreís y me decís algo lindo, de esas cosas que me hacen sentir linda de verdad y me dan ganas de ser mejor ser humano. Abro los ojos y veo tu sombra, a veces ni eso, pero me alcanza con verte cada vez que en mi templo sagrado reposo y cuando todo es oscuro, tu belleza irradia luz y me dan ganas de no dormirme jamás. Tal vez en un sueño seas mío, y te disfrute, me deleite con la integridad de tu ser, te desee y te haga parte de mí, como yo soy parte de vos. El problema es despetarse y no estar abrazándote o que seas lo primero que mi mirada contemple cuando la luz del sol penetra por las rendijas de la persiana.

Empiezo el día, me sumerjo en la rutina, la estructurada como la asimétrica, y con el pasar de las horas se hace inevitable quererte de nuevo acá. Pero, tantas cosas por hacer, el deber, las obligaciones, las elegidas y que da gusto como disgusto cumplir, y todo lo tuyo, vos y lo tuyo. Se comprende, a veces no hay tiempo para el amor; aunque me resulta absurdo: siempre hay tiempo si se quiere. Será, puede ser, no sé, decime vos, que no nos estamos haciendo el tiempo, los momentos, para expresarnos y hacernos bien como sabemos que podemos hacernos. 

Cuento, un, dos, tres, cuando llegue a seis quiero estar en mi país de las maravillas, cuatro, cinco, y por favor, no me falles y vení a visitarme, seis. Por alguna razón parece que este universo está destinado a ser solo mío, y por mucho que intente que alguien entre, no funciona, no da, no sucede. Voy a jugar, otra vez, y quizás te espere, aunque eso no puedo prometerlo; sin garantías, nunca pude darle garantías a nadie porque es así, nunca se sabe a dónde voy a partir. Un, dos, tres, cuando llegue a cincuenta, me voy a hundir y si no estás, cuatro, cinco, entonces te vas a perder la aventura, seis, siete, ocho nueve ¿nunca te preguntaste por qué es tan difícil decir lo que sentimos? diez, once, doce, será que tenemos miedo de que el otro no entienda ni una palabra de lo que decimos, trece, catorce, quince, y nos aterra no ser comprendidos, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, que alguien piense que no tiene sentido, veinte, veintiuno, todo aquello que forjamos, veintidós, veintitrés, con tanto esmero y esfuerzo, veinticuatro, veinticinco, con nuestra experiencia, veintiséis, veintisiete, con todas esas secuencias difíciles y momentos jodidos, veintiocho, veintinueve, treinta, como aquellos tesoros que resguardamos con fuerza, treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres, es el miedo a que todo, treinta y cuatro, treinta y cinco, que nos hace ser nosotros, treinta y seis, treinta y siete, no signifique nada, treinta y siete, treinta y ocho, treinta y nueve, para el otro, cuarenta, lo que significa, cuarenta y uno, que no sabe apreciar, cuarenta y dos, cuarenta y tres, lo que nos hace ser, cuarenta y cuatro, cuarenta y cinco, todo lo que somos, aquello que, cuarenta y seis, cuarenta y siete, nos da orgullo ser y nos hace sentir, cuarenta y ocho, únicos e irrepetibles, cuarenta y nueve, y que hagas lo que hagas, cincuenta, nunca puedas reemplazarme.

No hay comentarios.: