Quiero decir algo y no sé qué. Me pierdo en mi mente y no encuentro una respuesta. Mi tiempo se detiene y permanezco paralizada, ida, enajenada.
El mundo sigue su ritual, sin cesar de girar. Las voces, gritos y ruidos se unifican en un único murmullo, más semejante a un silencio mudo. Quizás diga algo, pero me es imperceptible.
No puedo huir de la sensación de liviandad que me posee en tal momento. Símil a una paz, una indiferencia, un abrazo, una caricia, un segundo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario